“El poder a la gente” escribió Elon Musk, el nuevo dueño Twitter, en su cuenta. Su polémica irrupción en las redes sociales pone sobre la mesa el problema de la libre expresión, un valor esencial dentro de una verdadera democracia, lo que contrasta con algunos grupos que desean instaurar un Ministerio de la Verdad en la Tierra al más puro estilo de 1984, la famosa novela de George Orwell. El llamado hombre más rico del mundo ha dado algunos controvertidos pasos para descomprimir la olla a presión de las comunicaciones masivas mundiales.